El corcho es un material natural, sostenible y biodegradable, que proviene de la corteza del alcornoque (Querqus Suber). Su obtención, generalmente en verano, puede llegar a unos 8-10kg por árbol.
Una vez extraído, empieza su transformación para la elaboración de pinturas térmicas de alta tecnología que, posteriormente, serán utilizadas para multitud de funciones dentro del sector de la nueva construcción sostenible: revestimiento en fachadas, cubiertas, interiores, etc.
Entre sus cualidades más innovadoras están el confort térmico, el ahorro energético, la protección contra el deterioro y las influencias ambientales nocivas, así como su inmejorable relación calidad – precio – rendimiento.
Cómo el corcho protege tu casa y cuida tu salud
El corcho proyectado, además de ser un producto natural y amigable con el medio ambiente, también cuida de ti, de tu casa y de tu bolsillo, con un sinfín de ventajas como las siguientes:
- Exuda el agua absorbida por los muros.
- Refracta y bloquea la radiación del calor de la superficie de la fachada.
- Irradia hacia la atmósfera los rayos UV e infrarrojos.
- Evita la condensación, manteniendo las paredes secas, mejorando el ambiente, la estética y las condiciones de salubridad de los espacios interiores.
- Ahorra hasta un 30% en calefacción y entre un 30%-60% en aire acondicionado.
- Aporta mayor durabilidad y a largo plazo, debido al espesor protector de la pintura.
- Resiste los ataques de mohos, hongos e inclemencias del tiempo.
- Es apto para multitud de superficies: hormigón, yeso, SATE, etc.
- Reduce el escape del calor interno al hacia el exterior. Máxima eficiencia energética.
- Actúa con efecto amortiguador de las ondas sonoras.
Las 9 propiedades del corcho proyectado
Por si fuera poco, este material, clasificado como revolucionario en la nueva construcción sostenible, destaca por una serie de propiedades:
- Adherencia en todo tipo de superficies.
- Durabilidad: tiene una larga vida útil y no se pudre. El paso del tiempo casi no deteriora sus propiedades, ni su aspecto.
- Impermeabilidad y transpirabilidad: permite la difusión del vapor de agua sin traspasar el agua de lluvia.
- Flexibilidad: evita la aparición de grietas sobre superficies rígidas y susceptibles.
- Fácil aplicación: por proyección, sin pérdida de material.
- Sin toxicidad: no es nocivo para las personas ni para el medio ambiente.
- Alto poder de cubrición y relleno: obtiene el grosor y el recubrimiento deseado.
- Resistente: a radiaciones solares, agentes químicos ambientales, proliferación de microorganismos y a la humedad ambiental.
- Elasticidad: las altas y bajas temperaturas no rompen su estructura.
“La edificación sostenible tiene que ser una única cosa”. Toyo Ito
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